miércoles, 11 de julio de 2012

¿DEFRAUDADORES O DEFRAUDADOS?

Me ha ocurrido una cosa "curiosa". Al tener mayores en casa a mi cuidado, he tenido que desplazarme en varias ocasiones al Servicio de Inspección de la Seguridad Social, para el sellado de diversas recetas para ellos. Esto ha despertado mi curiosidad (algún día me ocurrirá como al gato) y he buscado información sobre la utilidad de este trámite.
Ni siquiera los profesionales de la medicina están de acuerdo con ello, pues al tener el derecho de libre elección de los medicamentos que prescriben, consideran que la Inspección pone en entredicho su profesionalidad. No puede ser justificado tal trámite aludiendo a la información que este Servicio proporciona de los medicamentos consumidos, pues al estar informatizados tanto las consultas médicas como los despachos de Farmacia, ese control se realiza de mejor modo a través del sistema informático, que refleja todos los medicamentos despachados y no sólo los visados por Inspección. Con lo cual, se deduce que la única utilidad es, efectivamente, evitar el fraude por parte del usuario.
Pero ahora llega "cuando matan a la chica";
A nosotros, los usuarios de los servicios públicos, se nos presupone DEFRAUDADORES y hay que someternos a un control preventivo, por si se nos ocurre cometer esta grave falta. Pero, ¿quién controla al "controlador" de posibles defraudadores? Me hago esta pregunta porque al leer en mis recetas el nombre de la persona que da el "visto bueno" a mis intenciones, me resulta muy familiar y empiezo a darle vueltas a ver de qué conozco yo a esa persona. Pues bien, finalmente lo recuerdo.
En las pasadas elecciones municipales, fui convocada para prestar mis servicios en la Mesa Electoral de mi municipio. En ella le recogí el DNI y apunté el nombre de esta persona (o bien de otra con los mismísimos apellidos, concedamos la presunción de inocencia) a sabiendas de que no reside, ha residido ni residirá en el municipio. Me quedó su nombre en la memoria precisamente porque en una lista de Censo Electoral tan breve (no llega a 130 personas) es imposible no saber quién reside en el pueblo y quién no. La razón por la que ejerce su derecho en él es tan simple o complicada como que es familia de uno de los candidatos presentados para la Alcaldía. Y, me cuentan, no es la primera vez que esto ocurre.Vamos, en toda regla, lo que viene siendo un FRAUDE.
Es entonces cuando me indigno, como sabéis esto me pasa mucho. Pero alguien me está enseñando a buscar siempre el lado bueno, y eso hago. ¡Lo he encontrado!  Ya no me siento como una PRESUNTA DEFRAUDADORA, sino como una CONFIRMADA DEFRAUDADA.

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